domingo, 23 de octubre de 2016

La verdad sobre los clasicos

Hace unos años cursé una materia que se llamada "comprensión y producción de textos" y el profesor siempre hablaba del "Bagaje lector", que era básicamente los libros que habías leído, los que te gustaron, los que no, los que entendiste, los que tiraste antes de la pagina cincuenta, etc. Y cómo ese bagaje, de alguna manera, nos condiciona para comprender y disfrutas lecturas futuras.

No se si viene muy al caso esta pequeña anécdota, pero cuando pensaba esta entrada se me vinieron a la cabeza varias cosas y me pareció bueno empezar con eso porque de alguna manera resume un poco de lo que quería contar.

Hace un tiempo escribí sobre mi dilema lector, el paso a la adultez de lalectora que llevo adentro (solo para ponerle un nombre) y todo lo que pienso escribir aca tiene mucho que ver con eso.


Se me complica unir todo lo que quiero decir... soy un desastreeee!!!

No leí tantos "clásicos" como quisiera, pero los poco que leí me dieron pie como para poder formarme una teoría (sí, a veces filosofo un poco. Tengo mis teorías pelotudas; las que no sirven para nada pero siempre menciono).

En mi casa siempre hubo muchos libros. De mi abuelo herede una colección completa de libros que venían con el diario, allá por la década del '60. Muchos de esos estaban cerrados y otros estaban repetidos. En resumen tenia una estantería completa de libros viejísimos de varios autores conocidos, que miraba con respeto desde muy chiquita, esperando el momento de poder leerlos. Hasta el día de hoy la mayoría siguen cerrados (Me da cosita abrirlos). De parte de mis papas también había varios libros gordos y de encuadernación dura y símil cuero, así como los libros de Hogwarts.

Cuando empecé a leer intente hacerlo con los ejemplares que había en la biblioteca... pero fracasé porque no entendía nada, me resultaban aburridos. Así que los abandone y me fui para el lado Juvenil (obvio).
Y acá viene lo paradójico de la historia... años después volvía a comenzar esos libros (digo "esos" en plural, porque soy muy terca y leía varios al mismo tiempo), y me ENCANTARON.


Claro, las obras no tenían nada malo, la que estaba mala era yo, que todavía no estaba en condiciones de leer ciertos géneros.

Durante mucho tiempo la escritura y publicación de libros estaba limitada a cierto grupo de personas: Los de familias pudientes y hombres. Si tenías talento pero no eras de familia acomodada o si eras mujer... lo siento, no podías publicar. O podías hacerlo pero bajo el nombre de otra persona, como el caso de Emily Bronte que publico su famosa obra "Cumbres Borrascosas" bajo el nombre de Ellis Bell. Esto hacia que las obras fueras escritas para cierto público (letrado), con modismos muy propios de la época y entendidos solo por ellos. Si leíste Orgullo y Prejuicio, o si miraste la película te darás cuenta de lo complejo que era su manera de expresarse
Ejemplo:
1800: "Creo que en casos como este, es costumbre expresar la gratitud por la confesión de sentimiento, tanto si pueden ser correspondidos como si han de ser rechazados. Es natural, entonces, sentirse obligada, y si yo pudiese experimentar algún sentimiento de gratitud, ahora mismo le daría las gracias por lo que acaba de manifestar. Pero no puedo.”...
Queda mas que claro que los hombres de esa época tenían ejercitada la paciencia... porque esta mujer le dio mil vueltas para decirle que no.

Es normal que nosotros, personas del siglo XXI que están acostumbrados a todo lo rápido (mensaje instantáneo, Fastfood, Rapipago...) perdamos el hilo de la trama en un dialogo como este. Ni hablar cuando intentas leer Don Quijote, que además de usar un lenguaje muy antiguo te inventa palabras.

A lo que quiero llegar es que se necesita cierta maduración intelectual para poder disfrutar de estos libros. Y esa intelectualidad se obtiene cultivando un buen hábito de lectura, el ya mencionado: Bagaje Lector. No quiero decir con esto que para leerte a Julio Verne tengas que presentar un curriculum con los libros que leíste... NO, solo que si sos joven y nunca tocaste un libro, cuando agarres uno de estos títulos conocido por su antigüedad, puedas sentirte frustrado y embolado porque no es claro en ciertas cosas (te lo deja a entrever, no te las dice claramente), y además da mil vueltas para llegar a algo. Pero no debemos desecharlos de inmediato, ni tampoco forzarnos a leerlos en ese momento porque nos quemamos, nos quedamos con ese gusto amargo de no haber disfrutado y nunca mas le damos una oportunidad al pobre libro viejo.


Mi secreto mejor guardado: cuando algún libro no me convence le doy tiempo hasta la pagina 100, si sigue igual lo dejo de lado hasta nuevo aviso. Esto depende mucho de qué es lo que te atrapa de un libro. En mi caso me tiene que generar curiosidad la trama, tengo que seguir leyendo para saber que es eso.




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